El día de ayer leí “La puerta estrecha” de André Gidé, un relato de 80 páginas que me llevó a pensar ciertas cosas, el libro se desenvuelve en un atmósfera bastante religiosa, lo cual no abordo de forma evidente en esta reflexión pero hay una relación si se quieren inferir conceptos,de todos modos, saque lo siguiente o más bien retome más de un dilema sobre el amor, ojo que acá me refiero exclusivamente al amor de pareja, el más «popular» , ya que cuando uno habla de amor también puede ser el fraternal, filial,etc .:
Se mencionaba bastante la palabra virtud, se hacía notar esto en su conflicto con el amor más mundano, quiero decir, la virtud se trataba como patente discurso de pertenecer a otra persona en un amor, en un sentimiento, que no se toca ni se palpa ni se puede reafirmar de manera física, si no un amor que se contenta con existir, y en la sola convivencia del sentimiento mutuo y la confianza de esa perduración en lo invisible. Ósea, lo veo yo, de la insoluble confianza que da la complicidad de estar unidos en el mencionado sentimiento.
Lo que me lleva a preguntarme, ¿Es el amor algo incondicional, algo que va más allá de las paredes u obstáculos que pueda haber entre esas personas que se dicen amar? ¿Ósea, la distancia, la dificultad de comunicación, contextos en que es difícil estar cerca de la otra persona, contextos en que se quieren respetar el espacio, se quiere resguardar a la otra persona cualquiera sea el motivo, ahí, ¿Sigue existiendo y siendo incondicional, ante toda dificultad y cercanía física?
Yendo más allá, y haciendo alusión al relato con un poco de spoiler (léanlo), ¿Es el amor a veces mucho mejor sin que los testigos de este, estén cerca, mirándose de frente y buscando la respiración del otro? ¿Acaso cuando amamos a alguien no nos sentimos más cerca de esa persona? Y, ¿ No creemos que, al estar pensando en ella o el, en esa persona, ese protagonista de nuestras vidas para nosotros, acaso no sentimos que en ese instante esa persona también está pensando en nosotros? Creo que, sentimos con el amor mucho más que un leve remesón en el corazón, de nuestro pulso acelerándose, algo más allá de lo físico.
También, ¿No sentimos como nuestros ojos quieren orbitar alrededor de su figura? Acá entra en duda el genuino interés, si solamente deseamos su calor. Nos cuestionamos si el deseo precede al amor y el amor es ir dejar el deseo, e ir dejar esa persona cuando llegue el momento. ¿Es no acaso el amor la completa abundancia de buenas intenciones y de nulos egoísmos en la comunión con el ser amado, o amada? ¿O es el amor algo que llega como un relámpago cuya energía queda en los límites de nuestro cuerpo, cuya energía nos tiene de huésped para sobrevivir al torpe baile del apareamiento? ¿Qué es el amor cuando no se puede tocar? ¿Qué es el amor cuando esa persona esta difunta? ¿Qué es el amor cuando el afecto no es mutuo? ¿Qué es el amor en Occidente, como no lo es en Oriente? Todas las direcciones apuntan a algo benevolente.
Sin embargo, otros pensantes ven en el amor una infección, una pasión, donde la pasión ya es padecer algo, siendo esclavos de una distracción humana, Y ¿Por qué algunos se creen ajenos a esa influencia? En las mitologías hasta los dioses tenían trifulcas debido a problemas amorosos ¿Es el amor, divino? ¿Es el amor, un castigo divino? ¿Cuándo se ama, se es parte de lo divino?
Mas conclusivo y menos inquieto, dicto que conservar el amor a veces parece más difícil que amar, si creemos que tenemos algo ya queda en un sitio de propiedad, así mismo como decimos “Mi novia/o”, etc. nos impulsa a protegerlo, hacerlo tierra santa en el caso más apremiante, lo más preocupante es que hago ver que esto aplica a toda relación humana. Este sentido territorial del amor ataca el corazón, es de doble filo, exacerba nuestra pasión y lo desgasta a riesgo de reacciones exageradas, ¿Es esto acaso, parte de un instinto heredado o es un celo puramente del alma humana?
Lo que me lleva a hacerme la pregunta de si; ¿No será mejor relajar el amor, no hablar de él y flotar en el momento de amena compañía? ¿Por qué se hace tan difícil entender esto? Simplemente se debería tirar la bandera de conquista bien lejos, el amor no debería aprisionar ni ser símil de trofeos, mas no lo que debería ser es un silencio bien entendido, sonrisas bien recibidas y un sabor hogareño en su estadía.
A veces se me hace tan ridículo escribir sobre esto, ya que surgen las inquietudes y las conclusiones, pero al final sigue siendo un rodeo, una palabra y un sentimiento que quiero poner en juicio, quizás para darle un sitio y tratarlo como un extraño, pero a sí mismo, al escribir del amor tengo el pretexto para acercarme a sus encandilantes misterios. Quizás por eso empecé escribiendo del amor como virtud y no como argumento material que corresponda a un ser, lo abstracto pareciera no tocarnos, no afectarnos… sin embargo, el dolor tiene muchas formas de manifestarse. Empecé hablando de un amor en virtud a otra persona, un amor silencioso, no necesariamente interactuado con nuestros cinco sentidos, si no solamente cómplice, pero creo que acabo siendo un amor al amor, un cuestionamiento a este mismo y una conversación larga con él. ¿Tendría que terminar con el amor? ¿Es acaso algún tipo de relación que no he acabado? Algunas de las personas que no creen en el amor, han dejado algo inútil de lado, o albergan una esperanza muda, una esperanza que vaga en su inconsciente… esperando ver un haz de luz… y poder decir “vuelvo a amar” … o una vez más, ¿Estoy hablando de algo que no existe?
Y tú… ¿ Qué tipo de amante eres?
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Foto: Laura Pannack, fotógrafa.