El día de ayer leí “La puerta estrecha” de André Gidé, un relato de 80 páginas que me llevó a pensar ciertas cosas, el libro se desenvuelve en un atmósfera bastante religiosa, lo cual no abordo de forma evidente en esta reflexión pero hay una relación si se quieren inferir conceptos,de todos modos, saque lo siguiente o más bien retome más de un dilema sobre el amor, ojo que acá me refiero exclusivamente al amor de pareja, el más «popular» , ya que cuando uno habla de amor también puede ser el fraternal, filial,etc .:
Se mencionaba bastante la palabra virtud, se hacía notar esto en su conflicto con el amor más mundano, quiero decir, la virtud se trataba como patente discurso de pertenecer a otra persona en un amor, en un sentimiento, que no se toca ni se palpa ni se puede reafirmar de manera física, si no un amor que se contenta con existir, y en la sola convivencia del sentimiento mutuo y la confianza de esa perduración en lo invisible. Ósea, lo veo yo, de la insoluble confianza que da la complicidad de estar unidos en el mencionado sentimiento.
Lo que me lleva a preguntarme, ¿Es el amor algo incondicional, algo que va más allá de las paredes u obstáculos que pueda